ÑublenseOpinión

Jugar con uno menos

Escribir después de lo de ayer no es sencillo. La batería del teléfono es tan baja como el ánimo de quienes somos ñublensinos y hoy, nos sentimos con pena, con rabia, con desazón.


Ayer el escenario era ideal, Concepción, una ciudad que nos trae gratos recuerdos cómo fue el primer partido de sudamericana de nuestro equipo, aunque terminó siendo tan amargo como ese partido contra Colo Colo en play off el 2008 (si mal no recuerdo). La gente respondió, Chillán y la región desde temprano se movió, autos con banderas, los bocinazos, los buses en caravana, los hinchas que pidieron permisos en sus trabajos y llegaron del norte, del centro y del sur solo para alentar. Unos usaron barcazas, otros llegaron en bus, en auto particular o avión. Iansa se puso la 10 y regaló gorros y globos a la entrada para dar más ambiente (un tremendo detalle a mi gusto). Estuvieron los que picaron papeles toda la noche y también los que no alcanzando una entrada, lo vieron por la tele o escucharon por la radio.


Y es que la derrota de ayer me hace recordar lo injusta que suele ser la vida. Cuando subían 2 Ñublense salía tercero. Si era uno, se salía segundo. Los años amargos de las rifas para sostener al club y del corazón gigante de la gente del mercado que le paró la olla a los jugadores. Pero es eso precisamente lo que nos da identidad como club.


¿Que se le puede reprochar a un equipo que ha mostrado garra y personalidad? En donde los que venían a la banca, fueron los que se echaron el equipo al hombro como fue Guerrero, Campusano, Rivera, Moya y Quinteros y otros que querían romperla sacaron personalidad como Guerra han demostrado una calidad superlativa. Para qué mencionar a los referentes que han sido puntal del equipo.


Por último, cuánto respeto me merece el pollo Navarrete. Nadie le cuestiona el penal errado, porque esa personalidad que tuvo, fue la que le faltó a Gutiérrez. Por dignidad y respeto a una hinchada, debería irse. No, nadie pide que sea hincha del equipo (aunque sería siempre el ideal) sino más bien que sea profesional. Si el cariño pesa más que lo deportivo ¿por qué no transparentarlo y pedir no jugar, no ser convocado? Somos un equipo pequeño, pero con un corazón gigante, cuyo capital más grande es la hinchada que siempre lo sigue. Abundantes en triunfos morales, hoy mascamos la rabia de una jornada ingrata y de un penal (a mi parecer) injusto y de un jugador que no me merece ningún respeto en lo deportivo después de tanta falta de profesionalismo, pues la lógica dice que si he sido traído por la experiencia que tengo en el fútbol, no puedo dejar que un muchacho de 20 años patee un penal en la definición de una copa, al final el ingreso del pájaro fue equivalente a jugar con uno menos.


Que bonita habría sido la caravana de vuelta a Chillán, llenando la ruta del Itata y cómo habríamos disfrutado ese encuentro en nuestra siempre igual plaza de armas. Por ahora, me guardo los abrazos, reservo las lágrimas y el poco de voz que me queda, porque sé que más temprano que tarde, veré al rojo campeón en primera división.
Aguante el profe, aguante los cabros que pusieron el hombro y aguante la gente, que sin Ñublense no vivimos!

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Sobre el autor
Profesor de Pedagogía en Historia y Geografía, Relator en Tribuna Roja. Columnista de Chillán Activo y Chillanense.cl
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